"El cuerpo de Nora, ensayo escénico sobre las emociones y la carne" (La Habana, 2017) desarrolla una investigación sobre las experiencias femeninas que rompen con las normas de constitución tradicional de la familia, de la conducta y la imagen que socialmente se conforma sobre lo femenino y lo que representa “ser mujer”.
¿Qué es ser mujer? ¿Cómo ella, centro fundamental en la formación de un hogar, piensa su libertad de una manera mucho más violenta y hace reventar los vínculos que tejen las relaciones familiares y las relaciones con su cuerpo? Nuestro principal objetivo es mostrar los matices de este fenómeno desde una perspectiva frontal y desprejuiciada, con el trabajo sobre experiencias localizadas que arrojen luz sobre estos comportamientos ruidosos ante sistemas de poder mediáticos. El cuerpo de Nora… es la muestra de aquello que es “censurable”, caótico, satanizado en la construcción de la figura femenina dentro de nuestro imaginario social. Traer a la luz la crisis, mostrar lo que está velado.
NORA. Primero hacer estallar la familia, después hacer estallar todo lo demás.
La historia social de un país como Cuba acoge y a la vez enjuicia muchos de estos comportamientos, y la intención aquí es develarlos como fenómeno en desarrollo creciente, que existe y que matiza los discursos feministas y de género. Por ello el texto de Nora citado es el eje que mueve nuestro discurso como creadoras, pues presenta no una historia específica, sino una conducta, un modo de operar a partir de un particular deseo de subversión. El cuerpo de Nora… expone una libertad alcanzada a través de métodos transversales, casi contraculturales.
Todo esto a partir del trabajo confrontado con textos de Elfriede Jelinek, testimonios de mujeres anónimas y mujeres míticas, y un ambiente musical inspirado en la música de Schubert, el feeling cubano y una sonoridad sicodélica contemporánea. Por lo tanto, las intérpretes –cinco mujeres–, trabajan entre dos fronteras visuales: la obesidad mórbida y la delgadez extrema. Y un hombre cruza el escenario durante una hora, de un lado al otro. El espacio se muestra inmaculado y limpio, y todo se destruye con la ejecución. Nora practica un ejercicio de destrucción. Hay líquidos en el piso, ropa rota, voces cansadas, agua turbia en una piscina fría llena de pastillas para adelgazar. La experiencia culmina con cuerpos agotados. El cuerpo es la única sustancia que no podría repetirse en el tiempo con idéntica forma. El agotamiento es la herramienta para mostrar su finitud y su fragilidad.
Muchos artistas se han preocupado por explorar este evento que discute las ficciones entre las que vivimos. Y sobre el pensamiento deleuziano de qué es un cuerpo llega una definición filosófica adicional –“un cuerpo es algo que ya no se sostiene, que ya no puede más”– , este performance-palimpsesto quiere convertirse aquí en un espectáculo, y retomar el poder teatral paralizante. La batalla carnal entre espectador e intérprete. Trabaja sobre el poder torrencial de las imágenes: fotografía, moda, cosméticos, medios, internet, videos. Representaciones. Por lo tanto, la intervención de los materiales que se proyectan pone en escena una relación interactiva con los cuerpos de los actores que performan. ¿Cuál es la verdad: el cuerpo, su imagen, su representación, la idea de esta representación en la mente del público? ¿Quién es esta mujer con miles de rostros?